¿Cómo es la correlación entre (exposición a) organizaciones no lucrativas locales y (desenlace de) disminución de la violencia delincuencial? Este estudio retrospectivo y longitudinal demuestra en qué medida las organizaciones civiles vecinales en grandes urbes de EEUU han fungido efectivamente como un factor protector.
Contenido:
Presentación
Abstract traducido: Community and the Crime Decline: The Causal Effect of Local Nonprofits on Violent Crime
Otros recortes de la investigación, traducidos:
Introducción
Organizaciones locales y el Gran Declive Delincuencial
Organizaciones locales y la Lucha contra la Violencia desde adentro
Otros recortes de la investigación:
The Systemic Model and the Role of Community Organizations
Data Sources
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¿Cómo medir el efecto de la organización comunitaria en la reducción del crimen y la violencia?
La violencia delincuencial disminuyó drásticamente en Estados Unidos a mediados de los 1990s. El estudio hace un breve repaso de las hipótesis que han intentado explicar el fenómeno, y propone considerar el efecto que tuvieron en este declive los mecanismos surgidos al interior de las mismas comunidades. Presenta casos admirables de organización comunitaria en Estados Unidos que en su momento fueron estudiados y analizados, y que—salvando las diferencias—podrían servir de inspiración para proyectos locales de reducción de la violencia delincuencial en México.
Para este estudio analítico se utilizaron datos criminológicos publicados por el FBI, datos demográficos del Censo decenal y de American Community Surveys, y datos sobre Organizaciones No Lucrativas (ONLs) del Centro Nacional de Estadísticas sobre Beneficencias.
El estudio define a la exposición como los cambios año con año y a largo plazo en la formación de ONLs comunitarias, y al desenlace como los cambios en los índices de delincuencia durante el año siguiente.
Para analizar la causalidad de las ONLs en la delincuencia (descartando lo más posible el efecto de otras variables) el análisis emplea además un marco de efectos fijos y una estrategia de variable instrumental, explicados en el paper bajo la sección Analytic Approach.
Presentación, selección de recortes, traducciones, cursivas y negritas de Ricardo Sala para [RECORTES DE COHORTES]. Última actualización: 28 de noviembre 2018.
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Comunidad y el declive delincuencial: el efecto causal de las ONLs locales en el crimen violento
Community and the Crime Decline: The Causal Effect of Local Nonprofits on Violent Crime
Journal: American Sociological Review. Volumen: 82 issue: 6, páginas: 1214-1240. Patrick Sharkey, Gerard Torrats-Espinosa, Delaram Takyar; New York University. Primera publicación en línea: Octubre 25, 2017
Abstract
En la literatura teórica y empírica sobre el declive de la delincuencia se ha pasado mucho por alto una larga tradición de investigación en criminología y sociología urbana que considera cómo la violencia es regulada por fuentes informales de control social surgidas de los mismos residentes y organizaciones internos a las comunidades. En este artículo, incorporamos el modelo “sistémico” de vida comunitaria a los debates sobre el declive del crimen en EEUU, y nos enfocamos en el papel que jugaron las organizaciones no lucrativas [ONLs] locales en la disminución nacional de violencia de los 1990s a los 2010s. Empleando datos longitudinales y una estrategia para tomar en cuenta la endogeneidad del origen de la ONL, estimamos el efecto causal en la delincuencia violenta, de instancias centradas en reducir la violencia y construir comunidades más fuertes. Partiendo de un panel de 264 ciudades que cubre más de 20 años, estimamos que cada 10 organizaciones adicionales enfocadas en delincuencia y vida comunitaria en una ciudad con 100,000 habitantes, conduce a una reducción de 9% en la tasa de homicidios, a una reducción de 6% en la tasa de crimen violento, y a una reducción de 4% en la tasa de crimen de propiedad.
Palabras clave: violencia, sin fines de lucro, comunidad, modelo sistémico, variables instrumentales
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Desde que comenzó a disminuir rápidamente la delincuencia violenta en EEUU a mediados de los 1990s, diversos sociólogos, criminólogos y economistas han propuesto una amplia variedad de teorías para explicar el declive. Algunas de las teorías más conocidas apelan a cambios exógenos a la sociedad que se piensa influyeron en el número de transgresores potenciales, incluyendo cambios en la tasa de abortos, en la prevalencia de exposición a plomo, o en la estructura poblacional de edad (Aizer y Currie 2017; Levitt 2004; Reyes 2007; Zimring 2006). [Más en Wikipedia: Legalized abortion and crime effect.]
Otro grupo de teorías atiende a cambios impuestos desde el exterior en la actividad policial y la justicia criminal que se diseñaron para responder al problema de la violencia, incluyendo cambios en el tamaño de las fuerzas y en las tácticas policiales, y la escala de la encarcelación (Levitt 2002; Travis, Western, y Redburn 2014; Zimring 2011). La suposición compartida por la mayoría de estas teorías es que la caída de la violencia fue conducida principalmente por fuerzas externas a las comunidades más afectadas por crimen violento en los 1990s y antes.
Se ha pasado por alto una larga tradición de investigación en criminología y sociología urbana que considera cómo la violencia es regulada por fuentes de control social internas a las comunidades. El modelo “sistémico” de organización comunitaria y delincuencia se centra en el conjunto de actores, organizaciones e instituciones que ejercen influencia en el nivel de cohesión social al interior de un barrio y en el grado al que las comunidades son capaces de resolver problemas comunes y cumplir con objetivos compartidos (Bursik 1999; Bursik y Grasmick 1993; Sampson 2012; Sampson, Raudenbush, y Earls 1997). Este modelo ha ejercido gran influencia en el estudio de la variación de la violencia y la delincuencia entre unos barrios y otros, pero ha estado en gran medida ausente de los debates sobre lo que causó el “El Gran Declive de la Delincuencia en EEUU” (Zimring 2006).
En este artículo incorporamos una dimensión clave del modelo sistémico a la literatura sobre el declive de la delincuencia, presentando evidencia nacional sobre el papel que las organizaciones locales desempeñaron en la reducción de la violencia. Nos enfocamos en organizaciones no lucrativas [ONLs] formadas para confrontar la delincuencia violenta y para construir comunidades más fuertes. Nuestro objetivo es presentar evidencia causal del impacto de estas organizaciones en la delincuencia y el crimen en ciudades de EEUU.
Dado que las organizaciones comunitarias se forman cuando menos parcialmente en respuesta a problemas sociales tales como la violencia, no es posible respaldarnos en datos transversales y métodos analíticos estándar para identificar el efecto de la formación de ONLs en las tasas de delincuencia y crimen. Para tomar en cuenta la endogeneidad de la formación de estas instancias, empleamos una variación de la prevalencia de ONLs a lo largo de las ciudades y del tiempo, en un marco de efectos fijos, y adaptamos una estrategia de variable instrumental (IV) para identificar el efecto causal de estas instancias en la delincuencia.
El acercamiento vía efectos fijos depende solo del cambio en el número de ONLs formadas al interior de las ciudades, eliminando así la posibilidad de explicar la asociación entre estas instancias y la violencia mediante cualquier característica fija y no observada de las ciudades, que pudiera afectar tanto el número de ONLs en la ciudad como la tasa de delincuencia violenta. El acercamiento vía variable instrumental se sujeta a la variación en la formación de estas instancias conducida por un factor que no guarda relación directa con la tasa de delincuencia al interior de la ciudad. Específicamente, empleamos la formación de instancias sin fines de lucro centradas en las artes y humanidades, la investigación médica, y la protección ambiental como instrumento para la formación de ONLs asociadas a la violencia, la delincuencia, y la construcción de comunidad. Nuestra suposición fundamental es que los cambios en la prevalencia de ONLs de artes, médicas y ambientales no tienen efecto directo en la delincuencia y el crimen, sino que se asocian a cambios en la prevalencia de ONLs diseñadas para atender la violencia y reconstruir comunidades—a las cuales nos referimos, por simplicidad, como ONLs comunitarias—mediante mecanismos comunes de disponibilidad de fondeo. Bajo esta suposición, podemos hacer inferencias causales sobre el impacto de las ONLs comunitarias en los cambios en la delincuencia y la violencia.
Partiendo de un pánel de 264 ciudades a lo largo de más de 20 años, estimamos el efecto en la delincuencia violenta, el homicidio y la delincuencia en propiedad, de cambios año con año y a largo plazo en la formación de ONLs comunitarias. Nuestros modelos de cambio a largo plazo, a lo largo de más de dos décadas, indican que cada 10 ONLs comunitarias en una ciudad con 100,000 residentes conduce a una reducción de 12% en la tasa de homicidios, una reducción de 10% en la tasa de delitos violentos, y una reducción de 7% en la tasa de delitos a propiedad. Cuando modelamos cambios año con año en la prevalencia de ONLs comunitarias, hallamos que cada 10 ONLs adicionales por cada 100,000 residentes conduce a una reducción de 9% en la tasa de homicidios, de 6% en la tasa de delitos violentos, y de 4% en la de delitos a propiedad.
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Organizaciones locales y el Gran Declive Delincuencial
Desde inicios de los 1990s hasta los 2010s, la tasa nacional de homicidios se redujo aproximadamente a la mitad, y las tasas de asalto agravado, robo, agresión sexual, robo a vehículo automotor, y hurto disminuyeron en proporciones similares. Aunque hubo una variación geográfica sustancial en el tamaño del cambio, la tasa de violencia cayó, hasta cierto grado, en prácticamente todas las grandes ciudades a lo largo del país.
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Siendo claros, nuestra meta con este artículo no es juzgar las varias hipótesis sobre el declive de la delincuencia. Los métodos que empleamos se diseñaron para generar una estimación causal de un único factor, y no permiten hacer comparaciones del impacto relativo entre múltiples causas potenciales.
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Organizaciones locales y la Lucha contra la Violencia desde adentro
La atención a las fuerzas externas que contribuyeron al declive de la delincuencia contrasta con reportes de muchos observadores que documentan amplios esfuerzos por parte de organizaciones locales y líderes comunitarios para organizar a los residentes en un esfuerzo por confrontar el problema de la violencia. Estos ejemplos provienen típicamente de estudios de caso conducidos en comunidades específicas. Pero considerados en su conjunto, revelan una movilización local contra la violencia que en general se ha ignorado en los debates sobre el declive nacional de los delitos violentos.
Von Hoffman (2003) por ejemplo, documenta el trabajo de activistas comunitarios en la zona «South Central» de Los Ángeles, que se organizaron para emplear y entrenar a residentes previamente encarcelados para limpiar las banquetas y mantener las calles, construir más de 100 unidades de vivienda accesible en su comunidad, y coordinar a 57 grupos de cuadra para asegurar que los callejones no fueran usados como basurero o para distribuir drogas.
Putnam, Feldstein, y Cohen (2004) entrevistaron a residentes y líderes de organizaciones como Valley Interfaith en Río Grande Valley y la Dudley Street Neighborhood Initiative (DSNI) en Boston para comprender cómo años de organización y advocacy lentamente han generado cambio en sus comunidades. La DSNI construyó casas asequibles diseñadas para residentes de la comunidad, proveyó empleos para jóvenes en nuevos jardines comunitarios y en un invernadero, y levantaron campañas para limpiar lotes abandonados, construir nuevos centros comunitarios, y detener el desecho de basura por parte de extraños en las calles del «Dudley Triangle».
Estos esfuerzos se diseñaron para transformar a la vecindad, de un conjunto peligroso y venido abajo y anónimo de calles, a una villa urbana de calles limpias y seguras, donde la gente conocía a sus vecinos y los unos veían por los otros (ver también Medoff y Sklar 1994).
El periodista Robert Snyder (2014) describe el trabajo de grupos comunitarios para transformar Washington Heights en Manhattan, una sección de la ciudad de Nueva York que fue copada por violencia de pandillas y por la distribución de drogas. Organizaciones como Alianza Dominicana, la Community League of West 159th Street, la Dominican Women’s Development Center, y la Asociación Comunal de Dominicanos Progresistas se organizaron y marcharon para conseguir recursos y atención política para la lucha contra la violencia. Mothers Against Violence, Friends of Fort Tryon Park, y el New York Restoration Project trabajaron para limpiar, dar mantenimiento, y retomar parques públicos al interior de Washington Heights que habían sido dominados por vendedores de drogas y adictos.
La literatura sobre las causas de la disminución del crimen ignora en general el trabajo de vecinos que condujeron el esfuerzo para mantener a los jóvenes a salvo adentro de sus comunidades, de grupos de residentes que se juntaron para transformar lotes abandonados y convertirlos en parques y jardines, de dueños de negocios que aceptaron tasarse con impuestos a sí mismos para estimular la seguridad en el área en torno a sus establecimientos, y de provedores de servicio social que desarrollaron programas para reducir la implicación de los jóvenes en la violencia. Aunque no todas las actividades fueron esfuerzos formales y organizados, la mayoría se llevaron a cabo por grupos que utilizaron una forma organizacional en común: la de «sin fines de lucro». Cuando la activista Juanita Tate expandió sus esfuerzos para organizar a los vecinos en cada cuadra de lo que solía llamarse Central Los Angeles, fundó Concerned Citizens of South Central Los Angeles (Von Hoffman 2003). Cuando los propietarios de negocios en la Hollywood Boulevard decidieron que necesitaban mejorar en la seguridad y en lo sanitario, formaron el Hollywood Entertainment District, uno de muchos distritos de mejoración de negocios que se formaron como entidades sin fines de lucro con el objeto primario de mantener a los espacios públicos para mejorar las ganancias (Hollywood Entertainment District 2015).
Las historias de estos individuos y de las organizaciones que crearon proporciona una perspectiva diferente sobre la disminución del crimen a nivel nacional [EEUU]. En lugar de ver esta caída solo como el resultado de un conjunto de procesos, fuerzas y políticas impuestas a las comunidades donde se concentraba la violencia, sus historias expanden el enfoque hacia el papel que jugaron las comunidades en respuesta al reto de la violencia mediante el desarrollo de esfuerzos locales y de organizaciones locales.
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The Systemic Model and the Role of Community Organizations
The systemic model of community argues that “neighborhood life is shaped by the structure of formal and informal networks of association” (Bursik and Grasmick 1993:x). From this perspective, the degree of social cohesion and informal social control within communities arises from local networks of organizations, institutions, and residents who work together to uphold common values and shared expectations of behavior (Sampson 2012). The systemic model relates closely to the theory of social disorganization and crime put forward by Shaw and McKay (1942) and refined and extended in more recent work (Bursik 1988; Sampson and Groves 1989; Sampson et al. 1997). In its original form, Shaw and McKay argued that structural features of neighborhoods, such as residential mobility, ethnic heterogeneity, and poverty, undermine the ties that bind together residents through informal associations and involvement with neighborhood institutions, in turn diminishing the community’s capacity to work collectively to confront common challenges like crime and violence. The strongest empirical tests of the model demonstrate how collective efficacy, defined as a community’s sense of “social cohesion combined with shared expectations for social control” (Sampson 2012:27), mediates the relationship between neighborhood characteristics like concentrated disadvantage and neighborhood levels of violence (Kubrin and Wo 2015; Sampson et al. 1997).
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Desde un punto de vista metodológico, no conocemos de estudios que hayan tomado en cuenta la endogeneidad de la formación de organizaciones comunitarias. Dado que cuando menos en parte, éstas se forman en respuesta a problemas como la delincuencia y la violencia, una regresión básica… [traducción pendiente]
From a methodological perspective, no studies that we know of have dealt with the endogeneity of community organization formation. Because community organizations are formed at least partly in response to social problems like crime and violence, a basic regression of violent crime on the prevalence of anti-violence nonprofits would likely lead to a positive relationship. This positive association does not mean that nonprofit organizations lead to higher levels of violence, of course, but it does mean that standard analytic approaches are likely to generate biased estimates of the causal effect of organizations on crime. We address this problem in multiple ways. First, by using city fixed-effects specifications, we focus on short-term changes in the formation of local nonprofits and examine how these changes affect crime rates in the following year. The possibility that unobserved characteristics of cities are generating bias in our results, or that shifts in crime are leading to the formation of more nonprofits, are both mitigated with this approach. Second, our instrumental variable approach utilizes variation in the formation of community organizations that is unrelated to the problem of crime and violence, and thus robust to the problem of endogeneity. Previous quantitative articles that examine the relationship between local organizations and crime have not dealt with the endogeneity of nonprofit formation, and thus we believe this is the first study that provides a plausible causal estimate of the impact of such organizations on crime.
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Data Sources
Our analysis draws on crime data from the Uniform Crime Reports (UCR), demographic data from the decennial Census and American Community Surveys, and nonprofit organization data from the National Center for Charitable Statistics (NCCS).
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