Tres documentos de política pública… para comenzar a hablar de #SaludMental

¿Cómo miramos desde nuestras políticas a la salud mental? En México, a juzgar por un diagnóstico que impulsó la OMS en 2011 y por el Plan Nacional de Desarrollo, como atención a los casos que requieren internamiento psiquiátrico. ¿Es suficiente esta mirada médico-psiquiátrica? ¿Qué pasa con atender (y promover) la salud mental como un asunto de bienestar personal y social, como un fin común?




Salud mental como
bienestar personal y social: OMS 2004


promsaludmentaloms2004

Promoción de la salud mental. Conceptos, evidencia emergente, práctica

«Describe el concepto de la salud mental y su promoción. Intenta alcanzar un nivel de consenso sobre las características comunes de la salud mental así como en las variaciones que existen entre las diferentes culturas. El Informe también coloca la promoción de la salud mental dentro del contexto más amplio de promoción de la salud y salud pública»

2004, Organización Mundial de la Salud, Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias en colaboración con la Fundación Victorian para la Promoción de la Salud (VicHealth) y la Universidad de Melbourne


La única traducción en internet que he encontrado es un PDF con errores de traducción –entre ellos destaca el crédito en el prólogo– y con texto codificado que no se puede copiar para pegar. Aquí el original en inglés: Promoting mental health. Concepts, Emerging Evidence, Practice. A continuación algunos fragmentos con traducción corregida por Ricardo Sala, tomados de la ficha bibliográfica correspondiente en Drogas México: Promoción de la Salud Mental:

Parte III: Política y práctica

Esta sección considera la forma de avanzar en la elaboración de marcos generales para políticas en los sectores gubernamentales y comerciales pertinentes, y en generar cambios sostenibles en las comunidades locales.

La salud mental es asunto de todos

[…]

Las actividades para la promoción de la salud mental pueden ser incorporadas funcionalmente en la promoción de la salud, aunque la intencionalidad requiere mantenerse diferenciada. Teniendo en mente la íntima conexión entre salud física y mental, muchas de las intervenciones diseñadas para mejorar la salud mental también promoverán la salud física y viceversa. La salud y la salud mental son afectadas por las políticas de sectores no relacionados con la salud y por una gama de intervenciones comunitarias.

Las acciones que promueven la salud mental a menudo tienen, como un importante resultado, la prevención de los trastornos mentales. La evidencia indica que la promoción de la salud mental también es efectiva para prevenir una gama completa de padecimientos y riesgos que se relacionan con la conducta. Esto puede ayudar, por ejemplo, en la prevención del hábito de fumar y del sexo no seguro, y por lo tanto, del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) o el embarazo entre adolescentes. Estos no son trastornos mentales. En efecto, el potencial de la promoción de la salud mental para prevenir trastornos mentales es más bien bajo en comparación con el aporte potencial a la prevención de las conductas antisociales y que perjudican a la salud (Orley & Weisen 1998).

Promoción de la salud mental: un importante componente de la política de salud mental

La promoción de la salud mental necesita ser integrada como parte de las políticas con el fin de proporcionarle el estatus y la dirección estratégica necesarias para su implementación exitosa. La política de salud mental es un conjunto organizado de valores, principios y objetivos para mejorar la salud mental y reducir la carga de los trastornos mentales en una población. Cuando está bien formulada, la política de salud mental identifica y facilita acuerdos de acción entre las diferentes partes interesadas, asignando roles y responsabilidades definidas. Si la política de salud mental se elabora como parte de la política social más amplia (en lugar de como una política por sí misma o subsumida dentro de la política de salud general), es muy probable que el énfasis en la promoción de la salud mental sea más significativo. Existen más oportunidades para comprometer a una variedad de partes interesadas y representando a diferentes sectores, en la elaboración e implementación de la política.


MENSAJES CLAVE

Sin salud mental no hay salud

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define salud como:

…un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia (OMS 2001, p. 1).

La salud mental es definitivamente una parte integral de esta definición. Las metas y tradiciones de la salud pública y promoción de la salud se pueden aplicar con igual beneficio al campo de la salud mental y a los campos de la salud cardiaca, enfermedades infecciosas y control del tabaco.

La salud mental es más que la ausencia de enfermedad mental: es vital para los individuos, familias y sociedades

La OMS describe la salud mental como:

…un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a su comunidad (OMS 2001a, p. 1).

En este sentido positivo, la salud mental es la base para el bienestar y funcionamiento efectivo de un individuo y una comunidad. Este concepto medular de salud mental es consistente con su interpretación amplia y variada en las diferentes culturas.

La salud mental está determinada por factores socioeconómicos y ambientales

La salud mental y las enfermedades mentales están determinadas por muchos factores de interacción social, psicológica y biológica, de la misma forma en que lo están la salud y la enfermedad en general. La evidencia más clara de esto se relaciona con el riesgo de las enfermedades mentales, las cuales, en el mundo desarrollado y en vías de desarrollo está asociado con indicadores de pobreza, incluyendo bajos niveles de educación y, en algunos estudios, con malas condiciones habitacionales y bajo ingreso. La mayor vulnerabilidad que tienen las personas en desventaja, en cada comunidad, a las enfermedades mentales, se puede explicar mediante factores tales como la experiencia de vivir en inseguridad y desesperanza, el rápido cambio social y los riesgos de violencia y problemas de salud física.

La salud mental está vinculada a la conducta

Los problemas mentales, sociales y de conducta pueden interactuar en forma tal que intensifican sus efectos sobre la conducta y el bienestar. El abuso de sustancias, la violencia y los abusos de mujeres y niños por una parte, y los problemas de salud tales como enfermedad cardiaca, depresión y ansiedad por la otra, tienen mayor prevalencia y son más difíciles de afrontar cuando existen condiciones de altos niveles de desempleo, bajo ingreso, educación limitada, condiciones estresantes de trabajo, discriminación de genero, estilo de vida no saludable y violaciones a los derechos humanos.

Las intervenciones efectivas de salud pública pueden mejorar la salud mental

El mejoramiento de la salud cardiaca en varios países ha estado mas relacionado con la atención a las políticas relativas al ambiente, el tabaco y la nutrición que con medicinas o técnicas de tratamiento especificas. Los efectos adversos que tienen las cambiantes condiciones ambientales sobre la salud cardiaca se han reducido en diferentes grados gracias a acciones en múltiples niveles. Igualmente, los estudios han demostrado que las políticas y prácticas no saludables pueden afectar la salud mental, por ejemplo en vivienda, educación y atención infantil. Esto acentúa la necesidad de evaluar la efectividad de las intervenciones de políticas y prácticas en diversas áreas de la salud y no relacionadas con la salud. A pesar de existir incertidumbres y diferencias en la evidencia, conocemos lo suficiente acerca de los vínculos entre experiencia social y salud mental para saber que urge la aplicación y evaluación de intervenciones de políticas y prácticas localmente apropiadas para promover la salud mental.

La acción colectiva depende por igual de los valores compartidos como de la calidad de la evidencia científica

En algunas comunidades, las prácticas y formas tradicionales de vida contribuyen a mantener la salud mental, aun cuando esta no fuese la intención explícita de las mismas. En otras comunidades, las personas necesitan estar convencidas de que es factible y vale la pena hacer un esfuerzo para mejorar la salud mental.

Un ambiente que respete y proteja los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales básicos es fundamental para la promoción de la salud mental

Si no se cuenta con la seguridad y la libertad que proporcionan estos derechos, es muy difícil mantener un alto nivel de salud mental.





Salud mental como
atención al internamiento psiquiátrico:
México 2011 y 2013


informesaludmental2011Informe sobre el sistema de salud mental en México

Informe de la evaluación del sistema de salud mental en México utilizando el Instrumento de Evaluación para Sistemas de Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud (IESM-OMS)

2011, Organización Mundial de la Salud, Organización Panamericana de la Salud, y Secretaría de Salud

Del total del presupuesto asignado a la salud, solamente el 2% es orientado a la salud mental; de este monto, se destina el 80% a la operación de los hospitales psiquiátricos; dadas estas condiciones, las acciones enfocadas al trabajo comunitario se ven reducidas.

El eje de la atención de la salud mental es el tercer nivel, ejemplo de ello es que existen 46 hospitales psiquiátricos frente a 13 unidades de internamiento psiquiátrico en hospitales generales y 8 establecimientos residenciales. Aunado a lo anterior, el acceso se ve limitado por barreras geográficas, ya que la mayoría de estos servicios se ubican en las grandes metrópolis o cercanas a ellas.

Se cuenta con 544 establecimientos de salud mental ambulatorios que ofrecen atención a 310 usuarios por cada 100,000 habitantes en contraste con los hospitales psiquiátricos que atienden a 47 usuarios por cada 100,000. La mayoría de los pacientes son adultos; la población de niños y adolescentes asciende a 27% en unidades ambulatorias y a 6% en hospitales psiquiátricos. Estas cifras resultan preocupantes si consideramos que la edad de inicio de la mayoría de los trastornos psiquiátricos se encuentra en las primeras décadas de la vida; tal como lo reportó la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, en la cual, se señala que el 50% de los trastornos mentales inician antes de los 21 años de edad (Medina-Mora y cols; 2003; 2005). De acuerdo con otros estudios, 24.7% de los adolescentes se encuentran afectados por uno o más problemas de salud mental. Los trastornos más recurrentes entre adolescentes son problemas de aprendizaje, retraso mental, trastornos de ansiedad y por déficit de atención, depresión y uso de sustancias, así como intentos de suicidio (Benjet y cols; 2009).

Los resultados también demuestran que aproximadamente el 50% de los pacientes, que reciben atención, se atienden en servicios hospitalarios.


prognalsaludmental2013Programa de Acción Específico – Salud Mental 2013-2018

El PAE 2013-2018 está sustentado en el Modelo Miguel Hidalgo de Atención en Salud Mental, y sirve de punto de partida para formular, ejecutar y en su caso consolidar la aplicación de dicho modelo en el país, como Plan Nacional de Salud Mental.




La salud mental en México: ¿TABÚ?

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