Había una vez en México un pueblo llamado Todos. Un día se armó un desmoder de sangre y muertes y desaparecidos y entonces Todos decidió tomar cartas en el asunto. Todos puede con esto, se dijo a sí mismo el pueblo. Vamos a quitarles sus armas. Vamos a ver de dónde viene el dinero. Vamos a poner reglas y sanciones para todo esto. Siempre poniéndose Todos de acuerdo entre sus diversas partes. Pssst, dijo una parte de Todos. Nosotros tenemos estos usos y costumbres paliativos, basados en evidencia, de transmisión oral, visual y digital para lidiar con estas drogas. Solo que ustedes no sabían porque no querían saber. Y fue así que Todos hizo uso de todos sus recursos y sumando una sola voluntad se resolvió el problema de las drogas de una buena vez.